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Una tribu de 50 personas, donde más de 30 recibieron el sagrado yagé por primera vez. Sostener tantísima energía que se mueve no es tarea fácil, sin embargo esa disposición y apertura tan bonita que tienen las personas para recibir y dejarse guiar es imprescindible. Siempre digo que la cuarta clave para vivir esta experiencia de manera armoniosa es honrar la confianza que tú como paciente estás depositando en nosotros. Algunos pacientes tuvieron la iniciativa de traer a sus familiares y seres cercanos. Uno piensa: “Si esto me ha servido tanto a mí, cómo no compartirlo con aquellos seres que más amo”. Las palabras mágicas que más resonaron en este retiro fueron: Conocimiento, Disciplina y voluntad.
El conocimiento es poder, y si ese poder está atravesado por la bondad, estaremos a la altura de asumir la responsabilidad que implica recibir abundancia en todos los aspectos.
La verdadera disciplina se practica con placer, pues al encontrar un propósito de vida, el esfuerzo no se traduce en sacrificio sino en satisfacción.
La voluntad de oro es una de las virtudes que mas forja el abuelo yagé. Implica la anteriormente mencionada disciplina y es la fuerza de arranque necesaria para encenderla.
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